Así mas o
menos como las madrugadas retrasadas por el nocturno del deseo,
de las huidas
solitarias, de las palabras al viento, de los escapes fortuitos
y la palabras
castradas.
Así mas o
menos cuando la cosa se pone humana, cuando la razón toma un café
y el instinto
pide droga.
Así mas o
menos resbala la lengua por la herida y se extingue difuminado
el color de la
vida.
Así o menos el
fulgor de las velas, de los adioses eternos, de los dioses ausentes.
Así o mas la
ausencia acapara,
el juicio
dispara,
la pasión
conspira,
¡Para!
Calma…
desgraciada calma